El verano puede suponer un riesgo para el estado de nuestra salud bucodental, porque descuidamos nuestra rutina de higiene y consumimos más abundantemente alimentos y bebidas con un alto contenido en azúcar y ácidos.
Durante estos meses, es muy frecuente la aparición o el empeoramiento de la sensibilidad dental que tiene lugar cuando ingerimos productos muy fríos. Por otro lado, el número de traumatismos dentales también se incrementan debido a una actividad deportiva más intensa. Pero, sin duda, el problema más común es el aumento de la placa bacteriana que, entre otras patologías, provoca la caries.
Desde la Clínica del Dr. Jerónimo Blanco ofrecemos una serie de consejos que ayudarán a proteger la salud bucodental de todos los miembros de la familia, con el fin de evitar complicaciones a largo plazo y disfrutar del período estival como se merece:
1. Higiene oral regular. Cepillarse los dientes, al menos dos veces al día, y acompañarlo de una limpieza interdental. Si no fuera posible, ocasionalmente, podemos recurrir a los chicles sin azúcar y con xylitol que estimulan la salivación y ayudan a expulsar los restos de comidas atrapados entre los dientes.
2. Hidratación constante. Las altas temperaturas reducen la generación de saliva, un potente desinfectante que frena el desarrollo de infecciones y la formación de caries. Beber dos litros de agua al día son la mejor opción para conseguir una hidratación óptima.
3. Dieta equilibrada. Se recomienda controlar el consumo de bebidas y alimentos azucarados o cítricos, sustituyéndolos por frutas, lácteos o pescado que contribuyen a la prevención de problemas bucodentales.
4. Hábitos perjudiciales. Evitar masticar hielo y usar protectores bucales en la práctica deportiva impedirá el debilitamiento o la fractura de las piezas dentales.
5. Protección solar. Aplicarse cacaos o cremas para prevenir el cáncer oral. Los labios forman parte de la piel y pueden verse afectados por lesiones o quemaduras solares.
6. Visitas al dentista. El dolor o una molestia en la cavidad bucal son motivo suficiente para acudir a una clínica dental. Se recomienda realizarse una revisión odontológica en verano ( o justo después) para comprobar que el estado de nuestra salud bucodental es adecuado.